Déjame besarte rápido, lento, fuerte y suave.
Déjame contarte mis mis sueños, mis pesadillas, mis miedos, defectos y virtudes.
Déjame decirte lo que pasa por mi cabeza cada vez que me miras, me besas o me abrazas.
Déjame explicarte que los miedos no son invencibles y que conmigo no tendrás que tener ninguno.
Déjame narrarte todos y cada uno de mis textos en los cuales tú eres la protagonista.
Déjame mostrarte lo que significa querer de verdad, sin miedos, sin preocupaciones y sin maldad.
Déjame decirte que me encanta esa sonrisa pícara que me vuelve tímido por momentos.
Déjame decirte que me encantan tus labios, tu nariz, tus ojos y tus manos entrelazadas con las mías
formando una forma geométrica perfecta.
Déjame
y prometo que me quedaré.